domingo, 27 de marzo de 2011

ESCULTORES IMAGINEROS EN CADIZ

Francisco Buiza en Cádiz

            Francisco Buiza Fernández (Carmona, 1922 – Sevilla, 1983) ha sido uno de los imagineros más importantes y prolíficos del siglo XX, su obra ha quedado repartida por diferentes puntos de la geografía andaluza, pero buena parte de la misma la podemos contemplar en los templos de nuestra ciudad y en el haber de nuestras Hermandades y Cofradías, para las cuales trabajó.
        Es por medio del cofrade sevillano Juan Pérez Calvo por el que aparece la figura de Francisco Buiza en Cádiz, y es que, en sus comienzos como imaginero, trabajó para su taller. A partir de estos primeros encargos, Buiza, comienza a ser conocido por los cofrades gaditanos, que ven en él un paso más allá de la obra que Miguel Láinez había realizado para las Cofradías de Cádiz en los años de postguerra.
        Así, comienzan a sucederse los encargos de nuevas tallas para distintas Hermandades que, o bien sustituían a sus imágenes titulares, o bien solicitaban nuevas tallas para completar sus misterios. Por ello, vamos a realizar un breve recorrido, siguiendo el orden cronológico, por la obra que Francisco Buiza dejó en Cádiz.
     Las primeras obras de Buiza en la ciudad se gestionaron a través de Juan Pérez Calvo; así, la primera contribución de Buiza para la Semana Santa gaditana fueron cuatro cabezas de ángeles alados, en 1956, que vendrían a decorar las esquinas del paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, cuyo paso estaba siendo realizado en los talleres del citado Juan Pérez Calvo; estos ángeles no fueron policromados por su autor, por lo que perdieron parte de su fisonomía original.
        Dos años más tarde, realiza para esta misma Corporación del Miércoles Santo gaditano las imágenes secundarias del paso de misterio; para ello, sigue el esquema iconográfico que fijo el imaginero Castillo Lastrucci en el paso de misterio de la Hermandad sevillana de la Macarena. Así, realiza las imágenes de Pilatos (sentado en su trono imperial), Claudia Prócula, un esclavo, un romano y el lector de la sentencia. Estas imágenes han sido restauradas por Arturo Torres Vivas entre 1998 y 1999, perdiendo su policromía y rasgos originarios; además, este autor ha incluido un nuevo romano que completa el paso de misterio.
        Los siguientes encargos los recibe de la Cofradía de la Piedad, para la misma realiza las tallas de María Santísima de las Lágrimas, San Juan y María Magdalena. Las dos primeras las realiza en 1958, siendo la imagen de María Magdalena de 1960; debemos destacar la categoría de esta última imagen, que sin duda hizo que el nombre de Francisco Buiza se asentara en Cádiz. Estas tres imágenes procesionaron en un principio acompañando en su paso de misterio al Santísimo Cristo de la Piedad, pero ya en 1997 la Virgen de las Lágrimas pasó a procesionar bajo palio, siendo cubierto su lugar en el paso de misterio por la talla de la Virgen de la Consolación, obra de Luis González Rey.
    Hacia 1960 también podemos situar dos restauraciones que practica sobre Titulares gaditanos, la primera a la Virgen de la Soledad, de la Cofradía del Santo Entierro, a la cual afina su policromía y realiza un nuevo juego de manos, que sustituyen a las que ya realizara Miguel Láinez en años precedentes. La segunda restauración fue sobre la anterior imagen de la Archicofradía de la Resurrección, en la que repasa su policromía.
        También por esa fecha realiza los cuatro ángeles que decoran las esquinas del antiguo paso de Jesús de la Salud, de la Cofradía de las Cigarreras, andas que se realizan en los talleres de Juan Pérez Calvo. Hoy ese paso es empleado por la Titular gloriosa de esa Hermandad, la Virgen del Amor Hermoso, para su salida procesional el 15 de agosto. 
        Y como última obra a citar de esta que podemos llamar primera etapa está el crucificado que se venera en el Colegio de la Salle-Mirandilla, imagen de tamaño menor al natural y algo desproporcionada, la misma se bendijo el 12 de noviembre de 1961.        
        No será hasta 1967 cuando Francisco Buiza vuelva a trabajar para las hermandades gaditanas. Sin embargo, la imagen que realiza es considerada por los expertos como una de las mejores, si no la mejor, de las que talla el imaginero de Carmona: María Santísima de la Trinidad. Esta imagen marca un antes y un después en la producción mariana de Buiza; tanto es así, que tras el éxito cosechado por esta talla este imaginero llega a ser considerado como uno de los maestros de la imaginería procesional del siglo XX.
 
Tras ello, la Archicofradía de la Palma decide encargarle en 1969 la reforma del Santísimo Cristo de la Misericordia, donde Buiza vuelve a demostrar su calidad como imaginero, ya que a la cabeza originaria de este crucificado le acopla un nuevo cuerpo, ya que el anterior era de menor tamaño que el natural. Tras esta operación restaura también a la dolorosa de esta Corporación del Lunes Santo gaditano, a la que repolicroma el rostro y le acopla un nuevo candelero.
        En 1973, un hermano de la Cofradía del Medinaceli dona a esta Corporación una imagen de San Juan Evangelista para que acompañara a María Santísima de la Trinidad en su altar de cultos. Esta talla es copia exacta del que realizara Hita del Castillo para la Hermandad sevillana de la Amargura, que el mismo Buiza había restaurado recientemente.
        A finales de la década de los setenta, del ya finalizado siglo XX, se multiplican los encargos. Así, en 1977 talla las imágenes titulares de la Cofradía del Descendimiento: el Santísimo Cristo del Descendimiento y María Santísima de los Dolores. Para esta Hermandad comienza a tallar las imágenes de los Santos Varones: Nicodemo y José de Arimatea, que no pudo concluir debido a su fallecimiento en 1983, estas imágenes fueron concluidas y entregadas por su discípulo Francisco Berlanga de Ávila.
        Ese mismo año realiza la talla de María Santísima de la Salud, para la Cofradía de la Sanidad, que sustituye a la imagen que realizara Miguel Láinez. También, en 1979 realiza para la Cofradía del Perdón la imagen de María santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, que sustituye igualmente a la que anteriormente realizase Miguel Láinez; en esta Cofradía se da la feliz coincidencia de que para ella trabajaron dos de los artistas más importantes del siglo XX: Luis Ortega Brú y Francisco Buiza.
Además, debemos destacar que se da la curiosa circunstancias de que las cuatro dolorosas titulares que procesionan en la Madrugada gaditana (Salud, Dolores, Trinidad y Rosario) fueron talladas por Buiza.
        El último trabajo de restauración lo realiza entre 1978 y 1979 sobre la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Paz, de la Cofradía de la Borriquita; en este caso realiza un nuevo cuerpo, quedando sólo la mascarilla original del Señor de la obra que realizara el imaginero Miguel Láinez.
        En 1980 vuelve a trabajar para la Archicofradía de la Palma, en este caso en la decoración del paso del Santísimo Cristo de la Misericordia, para el mismo realiza un Arcángel Eucarístico, que se sitúa en el frontal del paso; las tallas de los cuatro Evangelista, que aparecen en las esquinas; cuatro ángeles sedentes, que decoran los ángulos del paso; doce cabezas de ángeles alados y dieciséis ángeles querubines que decoran la canastilla del paso. Decir que toda esta decoración se conservará en el futuro paso que Antonio Martín Está realizando para esta Archicofradía, y se verá ampliada por obras también de pequeño formato de Luis González Rey.
        Finalmente, trabaja para la Hermandad de las Aguas, para la cual realiza las imágenes de sus Titulares: el Santísimo Cristo de las Aguas, realizado en pino de flandes, y María Santísima de la Luz, réplica de la dolorosa de la misma advocación que se conserva en la Parroquia de San Antonio; ambas imágenes las talla en 1982.
Con ello, hemos recopilado la obra que Francisco Buiza Fernández dejó en las Hermandades y Cofradías de Cádiz.
Miguel Láinez Capote
       Miguel Lainez nace el 21 de septiembre de 1910. Su vocación como escultor será tardía. Hasta 1932 no empiezan a documentarse sus primeras obras y su primera imagen pasional no llegará hasta 1938. Precisamente el 27 de febrero de este año es bendecida la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, más conocido como El Medinaceli. Fue su primera obra y sin duda la más popular de todas las que realizó a lo largo de su vida. Una imagen, que al contrario que otras de su autor, ha logrado perdurar.
       Tallado en madera de caoba, de cuerpo entero y con brazos articulados Lainez logra una imagen de fácil accesibilidad para el que la contempla, con una encarnación morena y pelo natural que terminan por completar la emotividad iconográfica de la talla. El Cristo del Medinaceli quedará, sin lugar a dudas, como su obra más popular y que el mismo Lainez considerará en diversas entrevistas como de lo mejor que había salido de su taller. La imagen le fue encargada por Eladio Campe y su esposa Eloisa Martín, devotos del Medinaceli. La idea era que se pareciera al Cristo homónimo que se veneraba en Madrid. Para ello a Lainez se le suministraron diversas fotografías del original. No será la última vez que Lainez trabaje en base a fotografías, que en muchas casos estaban amarilleadas y eran poco fiables de cara a una plasmación correcta del modelo original. La devoción del Medinaceli en Cádiz parte de unos cultos que en marzo de 1936 tuvieron lugar en la Iglesia de las Descalzas a un cuadro que era propiedad del matrimonio Campe-Martín y en el que aparecía la imagen del Medinaceli. La devoción fue creciendo, arraigando en los fieles, amparada por el contexto durísimo de la guerra civil. Las plegarias y oraciones al Medinaceli se hicieron constantes y ello no hizo si no acrecentar el fervor popular hacia el Cristo. Los ejemplares de Diario de Cádiz de la época dan cumplida fe de todos estos actos de reafirmación religiosa, cultos que se extienden y que llegan a hermanar a los fieles en torno a esta popular advocación. Una vez se concluyó la talla la reacción popular fue extraordinaria y la devoción, desde entonces, no ha dejado de crecer. En 1956 Lainez volvería a realizar una imagen de similares características para Chiclana.
       A partir de realizar el Medinaceli de Cádiz se sucedieron los encargos. Lainez empezó a ser un imaginero reconocido por el entorno cofrade de la época. Incluso se planteó financiar en alguna ocasión una estancia de Lainez en Madrid para ampliar su formación escultórica. Este viaje nunca se produjo y Lainez siguió poniendo en cada obra lo mejor de sí mismo, tratando de superar todas esas limitaciones técnicas que pudieran haberse subsanado con una formación adecuada.
       El 8 de marzo de 1939 se inaugura una exposición de procesiones en miniatura en Cádiz. Tuvo lugar en unos antiguos almacenes que había entre las calles Cánovas del Castillo y Valverde. Se trataba de una reproducción, lo más fidedigna posible, de los cortejos procesionales, donde no faltaba la recreación de las calles y de las plazas que sirven de privilegiado marco a las cofradías gaditanas. Décadas después la revista Estandarte evocaba este singular acontecimiento en uno de sus números. Todas las reproducciones de aquella exposición nacieron de la gubia de Miguel Lainez Capote. En ese mismo año realizó para la cofradía de las Angustias las imágenes del San Juan y la Magdalena que formaban grupo escultórico con el titular. Estas imágenes sustituían a imágenes ya existentes que se quemaron durante la guerra civil. Fueron bendecidas el primero de abril de 1939. Como en tantos otros casos no se sabe el paradero exacto de tales imágenes. Algunas de ellas han desaparecido. La razón principal es la ya referida escasa calidad de los materiales empleados que fuerza a que la escultura termine con los años viniéndose abajo. Pero en ocasiones la desidia de unos y de otros también ha contribuido al deterioro de algunas imágenes.
       El 28 de mayo de 1939 es bendecida la nueva imagen del Santísimo Cristo del Perdón. La imagen se talló tomando como modelo el desaparecido Cristo de Sopranis, donado a la Iglesia de la Merced por la muy devota marquesa de Montecorto Clara de Sopranis, perteneciente a la familia del mismo nombre, y que en 1687, en su testamento, pide ser enterrada "en la bóveda de la capilla del Santo Cristo en uno de los colaterales de la Iglesia de la Merced". Sopranis fue un apellido ilustre perteneciente a una familia de regidores perpetuos de nuestra ciudad. El 8 de marzo de 1936 la iglesia de la Merced fue incendiada y el Cristo de Sopranis terminó siendo pasto de las llamas. La voluntad de los hermanos fue realizar una imagen lo más exacta posible al original. Tarea muy difícil ya que el original respondía a los mejores modelos iconográficos del barroco, emparentado quizá con la escuela germánica. Lainez realizó un crucificado que se apartaba, sin quererlo, de los cánones del original y en el que son patentes, quizá y dada la exigencia escultórica que comporta un crucificado, sus limitaciones como escultor. Un crucificado exige unos conocimientos anatómicos que Lainez no poseía. Destacaba, eso sí, el tratamiento del sudario que sí se inspiraba de una forma mucho más convincente en el original y que poseía interesantes líneas que contrastaban con la rigidez de la talla del Cristo. El propio Lainez completaría el grupo escultórico con las imágenes del calvario. La primera salida procesional del Perdón tuvo lugar la madrugada del Viernes Santo de 1940. En 1962 el propio Lainez restauró la imagen del Señor que con el paso del tiempo se fue deteriorando. Ocho años después, en 1970, este misterio fue el protagonista del cartel de la Semana Santa, obra de Guillén Franco, y en el que el se reflejaba un momento del paso de la cofradía del Perdón por San Juan de Dios. En la década de los 70 era ostensible el mal estado de la imagen del Cristo. Esta fue la razón principal para que la cofradía decidiera a principios de los 80 sustituirla por una nueva imagen del sanroqueño Luis Ortega Brú. La cotitular del Perdón, María Santísima del Rosario en sus misterios dolorosos fue obra también de Lainez, bendecida el mismo año que el Cristo, un 15 de octubre de 1939. El propio Lainez la restauraría en profundidad en la década de los 50, ya que la cofradía no estaba muy satisfecha con el resultado de la imagen. A finales de los 70 terminó siendo reemplazada por la actual imagen de Buiza.
       La trayectoria de Lainez en los años 40-50 explica por sí misma el devenir histórico y el nacimiento de un número apreciable de cofradías gaditanas que nacen y se consolidan en el siglo XX. La cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído se establece como Junta Pro Cultos en el otoño de 1941. Se reúnen en torno a una dolorosa que existía en la Parroquia del Carmen llamada de los Desamparados. Se precisaba la imagen del Señor y ésta la realiza Miguel Lainez aprovechando una viga de caoba existente en el Carmen. Con el obispo de la diócesis Tomás Gutierrez Diez se aprueban los estatutos de la cofradía. Pero en 1947 todo el entusiasmo de estos primeros años se derrumbó y la cofradía desapareció durante una serie de años, para tomar cuerpo definitivo a finales de la década de los años 50. Precisamente en aquel año de 1947 estuvo a punto de formar parte de la Procesión Magna celebrada aquel año.       Nuestro Padre Jesús Caído conserva en el rostro parte de la fisonomía característica de la obra de Lainez. La expresión serena, la sencillez en el tratamiento del cabello, de los pómulos y de los rasgos faciales. Con posterioridad ha recibido reformas profundas por parte de José Paz Velez y Antonio Eslava. En cualquier caso aún son patentes ciertas líneas escultóricas de Lainez.
Juan Luis Vasallo Parodi 

        Juan Luis nacía en la gaditana calle Cervantes, en pleno centro del casco antiguo, un dos de Mayo de 1908, en el seno de una familia media gaditana. Desde inicios se educó dentro de la recreación artística, puesto que su padre Eduardo Vasallo, era pintor, y, por tanto, sus contactos con el mundo de las artes fueron constantes.
      Por motivos laborales de su padre lo llevaron a dejar su ciudad natal muy pronto, a la temprana edad de 1 año, para trasladarse a Córdoba. Ingresaría en el colegio de los Salesianos y allí realizaría su primera y temprana escultura, un San Juan Bosco modelada en barro, mostrando así una capacidad creadora y unas importantes dotes que desarrollaría a lo largo de su vida.
En 1922 su padre se trasladó a la Escuela de Artes y Oficios de Baeza, de la que sería director desde 1928 a 1930. Allí Juan Luis continuó con sus estudios y, lo más importante, su inclinación por la escultura comenzó a denotarse; un viaje a Úbeda y la visión de ‘San Juanito’, atribuido a Miguel Ángel, produciría en Vasallo una importante impresión y su definitiva influencia por el arte de la escultura.
        Artistas de Baeza impulsarían al joven escultor a marchar a Madrid para mejorar su portentosa habilidad, y tras recomendaciones lo conseguiría, en 1927. Consiguió una beca para asistir gratis a las clases de dibujo del natural del Círculo de Bellas Artes así como permiso para acudir a clases nocturnas en la Escuela de Artes y Oficios.
Solicito una beca que la Diputación de Cádiz entregaba a un gaditano para estudiar fuera de la ciudad. 
En 1934 obtuvo por fin recompensa a su trabajo, y con un ‘Busto de mujer’ consiguió una tercera mellada en la Exposición Nacional de Bellas Artes, y lo más importante, una crítica positiva a su obra.
         En 1936 Vasallo consiguió un primer premio Nacional de escultura, la cuál lo consagró como uno de los más importantes artistas del momento, obteniendo, además, una beca para viajar a Italia, cuyo desplazamiento no pudo realizar finalmente debido al estallido de la guerra civil española.
Durante los años que estuvo en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez realizó numerosos trabajos para Cádiz y su provincia, obras conmemorativas, así como restaurar imágenes religiosas que habían sido mutiladas. Entre sus obras religiosas destacar un ‘ San José’ y una ‘Virgen del Carmen’ para Benaocaz, y una ‘Virgen del Rosario’ para Villaluenga.
Entre sus obras de imaginería destacar un Crucificado para Úbeda, El grupo escultórico de ‘La Oración en el Huerto’ para Jerez de la Frontera, ‘La Virgen de los Dolores’ para la Cofradía del Nazareno de Cádiz, sita en el Convento de Sta. María, y un Cristo Rey para el convento del Carmen de Jerez.
Grupo Escultórico de La Oración en el Huerto (1942).
        Destaca sobremanera la imagen de Jesús, en perfecta comunicación con El Padre, y la talla del Ángel confortador, menos lograda, pero en perfecta conjunción con el Señor. Conforma un excelente grupo.
Virgen de los Dolores (1943).
        Imagen de vestir, solo creó rostro y manos. Es una talla, según cita J. Antonio Merino en su estudio ‘Tradición y Contemporaneidad : el escultor Juan Luis Vasallo Parodi’ que ‘se aleja del habitual barroquismo de las Vírgenes andaluzas, acercándose más a la sobriedad y recogimiento castellano.’ Destacan las delicadas manos y afirma ‘conformar una imagen de estilo personal, de las más hermosas y sencillas de cuantas se veneran en Cádiz’. Sin duda, esta dolorosa guarda una belleza particular.
        En 1943 comenzó su etapa Sevillana, donde permaneció hasta 1958. Obtuvo la Cátedra de Modelado del Natural y Composición de la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en Sevilla, cuya plaza mantuvo hasta la concesión de la Cátedra en San Fernando de Madrid. Su estancia en Sevilla sería trascendental en su obra, puesto que en la capital hispalense recibe la influencia de los maestros barrocos, fundamentalmente Martínez Montañés, aunque también Juan de Mesa y Pedro Roldan, entre otros, captarían el interés del artista gaditano. Gracias a ellos desarrollaría su indiscutible calidad como imaginero, campo en el que se consagraría definitivamente y en el que trabajaría incesantemente. Una de sus tallas más importantes sería una ‘Inmaculada realizada para la capilla de los teólogos del Seminario de San Telmo. Según Hernández Díaz, una de las imágenes más logradas por Vasallo.En 1948 presentó en la Exposición Nacional una de sus obras más emblemáticas, ‘Gades’, realizada como muestra de amor a la tierra que le vio nacer, y con la que consiguió una primera medalla. En ese año fue nombrado Académico Numerario de la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. En 1950 intervino en la Exposición Nacional de escultura religiosa, dedicada a Martínez Montañés, con un ‘San José’ y ‘La Inmaculada’ del seminario (citada más arriba). Su entrega por Cádiz continuó, y ese año talló el crucificado de la Expiración para Jerez de la Frontera. Se trata de una copia de una imagen anterior de cartón piedra, por lo que el imaginero no quedó contento con la obra, por ser un encargo donde no pudo expresar su propia impronta; Juan Luis no era dado a las copias. Aún así, la imagen no deja de ser precisa, además de tratarse de un crucificado muy popular en su barrio jerezano de San Telmo.
        Realizaría también otros crucificados tanto no procesionales como para cofradías. Serán imágenes alejadas del barroquismo, ‘más serenas y equilibradas’, exceptuando probablemente una de sus obras maestras, ‘El Cristo de la Expiración’ realizado para la Cofradía del mismo nombre, con Residencia Canónica en la Iglesia de la Stma. Trinidad de Úbeda, siendo un Cristo mucho más barroco, con una denotada expresión y de perfectas proporciones.En 1957 sus obras más destacadas fueron ‘La Virgen de la Asunción’ para Jerez,y un ‘Cristo Rey’ para la localidad Sevillana de Marchena.
        La Cátedra madrileña supuso la gran oportunidad para Juan Luis de trabajar como profesor en la capital, sueño que por fin pudo cumplir. Durante esta etapa, al margen de la docencia, trabajó numerosos encargos tanto públicos como privados. Y por fin, en 1967, obtuvo la plaza vacante de Académico Numerario de San Fernando de Madrid, ocupándola oficialmente el 23 de Junio de 1968.
        En 1978 Vasallo finalizó su labor como docente, al cumplir los 70 años, y en los años posteriores su dedicación se centra en trabajos artísticos así como cumplir las obligaciones académicas. En 1981 fallecería su mujer Amparo, pérdida de la que nunca se repondría el excelente escultor. En 1983 recibió el título de Académico de honor, coincidiendo con el Cuarto Centenario del nacimiento del excelso imaginero Juan de Mesa. Recibiría en su últimos años de vida innumerables homenajes; uno de los más significativos, el que la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz le rendiría por ‘su constante vinculación personal y cultural a nuestra ciudad’.
        En los meses previos a su muerte estuvo trabajando en su ‘Gades’, para verla ubicada en su tierra natal; desgraciadamente, así lo marcó el destino, el mismo día que se le concedía la autorización para que la imagen tuviese su espacio en la ciudad, concretamente en la Punta San Felipe, un 18 de abril de 1986, fallecía de manera repentin. 
Luis Ortega Bru
      Nace en la localidad gaditana de San Roque el 10 de septiembre de 1916; hijo de familia humilde, de padre alfarero, esto facilita el contacto del joven Ortega Bru con materiales para modelar, con los que realizas sus primeras creaciones en miniatura. Su afición por el modelado y el dibujo hace que ingrese a la edad de quince años en la Escuela de Artes y Oficios de La Línea de la Concepción.
        Sin embargo, sus estudios se vieron truncados a los dos años por la Guerra Civil española. Esta contienda marcaría para siempre la vida de Luis Ortega Bru, ya que perteneció al bando republicano, con el que participó en diversas partes del conflicto y colaboró con dibujos de cartas cartográficas. Con la finalización de la Guerra, Ortega Bru fue encarcelado y retenido en campos de prisioneros durante varios años. 
Su primera obra sacra de renombre será el Santísimo Cristo de la Misericordia para la Hermandad sevillana del Baratillo en 1950; esta obra representa a Cristo yacente en los brazos de su Madre tras ser descendido de la Santa Cruz, aquí comienza Bru a denotar su preocupación e interés por el estudio anatómico de sus obras, aunque no es un Cristo que represente la fuerza y el hiperrealismo que mostrará en futuras imágenes, ya que sigue la línea más clásica de los imagineros barrocos sevillanos.   
  Ortega Bru firma el contrato de la que para muchos es su obra cumbre: el misterio para la Hermandad de Santa Marta. Se fija la fecha para la realización de todo el misterio entre el primero de julio de 1951 y el 30 de marzo de 1953. ¿Y qué decir del misterio resultante? Quizás el mejor misterio creado en Sevilla en el siglo XX. La escena del traslado de Jesucristo al Sepulcro queda resuelta de la siguiente manera: Cristo es llevado por los Santos Varones en su sudario, a su derecha María Magdalena, a la izquierda María Cleofás, justo detrás María Salomé y Santa Marta (imagen que previamente había tallado Sebastián Santos Rojas en 1950 y que hubo de ser aceptada en el misterio por Bru) y cerrando la comitiva fúnebre la Virgen de las Penas y a su lado San Juan.
 Ortega Bru siguió creciendo y encontramos sus primeras obras para Cádiz y su provincia. Así, en 1954 realiza para La Línea de la Concepción las tallas que conforman el grupo escultórico de la Piedad, con la Virgen de advocada de las Angustias y el Santísimo Cristo de las Almas, imagen de Cristo que presenta la originalidad de situar a Cristo en los brazos de su madre en posición invertida a la que habitualmente se representa, mostrando el Yacente la herida en el costado en la parte izquierda.
        Asimismo, talla para La Línea la imagen de su Patrona, la Inmaculada Concepción. En este mismo año, Ortega Bru entrega a la Cofradía de la Humildad y Paciencia de Cádiz los Evangelistas que figuran en las esquinas del paso de su Titular.
        En 1955 realiza otra talla de la Inmaculada Concepción, de nuevo para La Línea, para el techo de palio de María Santísima de la Amargura de la Hermandad de la Misericordia. Y otra nueva Inmaculada para la Iglesia de San pío de esta localidad. Para la pedanía de Campamento hace las imágenes de un Crucificado, María Inmaculada y Santa Filomena. De nuevo trabaja para La Línea en 1956 para la Hermandad del Cristo del Amor a la que le hace la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza.        
        En 1957, recibe su primer encargo de la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, esculpiendo el misterio completo del Descendimiento de Cristo de la Cruz para la Hermandad de la Soledad; para esta Hermandad realizará después las casrtélas de su paso de misterio en 1959. De este misterio podemos destacar la niñez de la Dolorosa y San Juan, y a los Santos Varones, que Bru realizó de talla completa.
        Realizó también para Jerez el misterio de Jesús Resucitado en 1958, pero al no existir acuerdo no fue entregado, y no ha sido hasta 1989 cuando esta Hermandad ha encargado Titular al imaginero gaditano Luis González Rey.
En el año 1959 realizó la imagen de María Milagrosa para la Parroquia de San Lorenzo Mártir de Cádiz, y dos Crucificados uno para San Fernando y otro para Chiclana.
        Años más tarde (1967), recibe el encargo de hacer para Rota el Nazareno de la Salud donde ya podemos ver detalles de fuerza y brusquedad que van a caracterizar la etapa final de este escultor. Ese mismo año comienza para Jerez el misterio de la Santa Cena, con la talla del Cristo, imagen dulce que choca con la dureza que imprime a algunos Apóstoles de dicho misterio; decir que no completa toda la escena, ya que sólo entrega siete Apóstoles, sin embargo podemos comentar aquí que los sobrinos de Bru, los hermanos Ortega Alonso, concluirán este trabajo entre 2002 y 2003. En el año que termina las entregas, 1969, realiza para esta localidad gaditana cuatro ángeles para el paso de la Virgen de las Angustias.        
        Ese año hace para la Hermandad de lo Dolores de San José del Valle la imagen de la Dolorosa titular. Para San Roque, su localidad natal, entrega en 1969 un Crucificado de tamaño académico y una imagen de la Virgen de Fátima.  
 
        El Puerto de Santa María también puede disfrutar la obra de este genial autor con el Ángel confortador de la Oración en el Huerto, tallado en 1972, que se venera en la Iglesia Prioral de esta localidad. Para esta Hermandad entregará en 1974 la imagen de l Apóstol Santiago, de talla completa. De nuevo para El Puerto, talla a la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos para la Hermandad de los Afligidos.
        Y tenemos que volver a hablar de una imagen suya que realiza en 1975 para Sevilla y es la de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás, Hermandad de San Gonzalo, imagen que muestra las dos visiones de Bru, la dulzura y mansedumbre de Cristo frente a la fuerza y desgarro de Caifás, de poderosas barbas y recias facciones. Para esta Hermandad hará también la que quizás fue su mejor Dolorosa, la Virgen de la Salud y un San Juan. En ese año también comienza para la capital hispalense el misterio de la Santa Cena que culminará en 1982.
        En 1979 realiza para la Cofradía del Nazareno del Amor de Cádiz varias tallas de Profetas en pequeño formato para el paso de misterio del Titular de esta Corporación. Y será en 1981 cuando por fin realice la imagen de un Titular para la capital gaditana, el Santísimo Cristo del Perdón, imagen de Jesús en la Cruz en el momento que perdona al buen ladrón, Dimas, frente a la indiferencia de Gestas; para este misterio solo pudo entregar en 1982 las tallas de la Virgen del Calvario y la de San Juan Evangelista (muy en la línea esta última de la que realiza para la Hermandad de San Gonzalo de Sevilla), con lo que no pudo completar este misterio con las imágenes de los dos ladrones y María Magdalena por su fallecimiento.
En 1982 entrega para la Vera-Cruz de San Fernando una serie de Profetas para el paso de misterio de esa Hermandad isleña. Y en este mismo año talla la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes, que en un principio fue venerado en Cádiz, y que por diversas y fatídicas circunstancias, se encuentra actualmente al culto en Córdoba en el seno de la Hermandad del Amor. Cristo maniatado, muestra un rostro manso y despreciado, en el que el autor buscó repetir el esquema de San Gonzalo, frente a Herodes y a un sayón, que sólo quedaron en un boceto, fuertes y mostrando toda la dureza que Bru podía imprimirles.
        El 21 de noviembre de 1982 fallece en su casa de Sevilla Luis Ortega Bru.
 
    
Luis González Rey


Luis Enrique González Rey nace en Cádiz en 1965. Comenzó sus estudios en la Escuela de Artes Aplicadas y oficios Artísticos de Cádiz, donde conoce al escultor isleño Alfonso Berraquero del que es alumno. Muy pronto comenzó a recibir encargos de distintas cofradías de la ciudad y de la provincia, hasta convertirse en el imaginero más importante actualmente de la Semana Santa de Cádiz.
Entre las curiosidades que podemos destacar de este artista podemos citar que en las imágenes con ojos de cristal, al abrirle la mascarilla le implanta una pequeña leyenda al final de la boca. Así en la de Jesús del Milagro, de la Cofradía de la Sagrada Cena podemos leer: " Yo soy el pan de vida".
Obras realizadas:
   
· 1989: Reforma de la Virgen de la Victoria de la Expiración.Resucitado para la Hermandad del mismo nombre de Jerez de la Frontera (Cádiz).Restaura la Virgen del Poder Divino
· 1990:Restauración de la Divina Pastora.
· 1991: María Magdalena para la Cofradía del Descendimiento.Santísimo Cristo de la Exaltación para Jerez de la Frontera.Restauración de la imagen de Nuestra Señora del Carmen.Restauración de  la Virgen de la Palma.Restaura la antigua dolorosa del Perdón, que se conserva en la Casa de Hermandad.
· 1992: Comienza el Apostolado de la Sagrada Cena tallando tres Apóstoles.Niño para el misterio de la Borriquita.San Juan para la Cofradía del Descendimiento.San Honorato para la Parroquia de San Severiano.
María Magdalena y Romano para la Exaltación de Jerez.Restaura la Virgen del Amor de Sanlúcar de Barrameda.Restaura  las imágenes de San Francisco y Santo Domingo de la Parroquia de la Palma.
Restauración de la Virgen de la Palma que se conserva en la sacristía del templo del mismo nombre.
Restaura la Virgen del Rosario de Torredonjimeno.Restauración de San Antonio de la Parroquia de San Lorenzo.Restaura a Santa Teresa de la Iglesia del Carmen.
· 1993:Prosigue el misterio de la Cena con otros tres Apóstoles.María Cleofás y María Salomé para el Descendimiento.Virgen del Carmen para la Parroquia de San José.San Juan de la Cruz para la Iglesia del Carmen.Señor Resucitado para la Archicofradía de la Santísima Resurrección.Restaura la Virgen de la Merced.Restauración de la Virgen de la Piedad de Torredonjimeno.
Restaura la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos de Cabra (Córdoba).
· 1994:Concluye el Apostolado de la Sagrada Cena con las seis últimas tallas.Virgen de la Concepción para Cabra (Córdoba).Restauración de Pilatos y el romano del misterio del Ecce-Homo.
· 1995:Jesús del Milagro para la Sagrada Cena, finalizando el misterio.Apóstoles "dormilones" para el misterio de la Oración en el Huerto.San Juan y un romano para la Hermandad de las Siete Palabras.
Lector, dos soldados romanos, Poncio Pilatos y Claudia Prócula para la Hdad. de la Sentencia de Almería.
María Magdalena para la Hermandad de la Vera-Cruz de Puerto Real (Cádiz).Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos de Montoro (Córdoba).Virgen del Carmen para la Parroquia del Corpus Christi de Algeciras.Restaura la imagen de María Magdalena de Pazzis de la Archicofradía del Carmen.
Restauración y encarnación de la boca de la Virgen de la Amargura.Restaura la Virgen del Rocío.
Restauración de la Virgen del Carmen de Zahara de los Atunes.
· 1996:María Magdalena para la Hermandad de las Siete Palabras.Talla la imagen de Ntra. Sra. de Gracia y Esperanza para la Cofradía de la Oración en el Huerto, bendiciéndose en diciembre de ese año y procesionando por primera vez en la Semana Santa de 1997.San Juan Evangelista para Villaelgordo (Jaén).
Santa Rosa Lima para Torredonjimeno (Jaén).Inmaculada Concepción para Tafira.Tallas de Pedro Nolasco y Ramón Nonato para la Parroquia de la Merced.Cabeza del profeta Elías en terracota, para la Archicofradía del Carmen.Restaura los Desposorios Místicos de la Palma.Restauración de San Judas de la Parroquia de San Antonio.Restaura la Virgen de las Lágrimas de Algeciras.
· 1997: Talla la Virgen de la Consolación para acompañar al Cristo de la Piedad en su paso de misterio.
Virgen de los Remedios para Buenavista (Tenerife).Centurión para la Hermandad de la Sentencia de Almería.
Jesús de Medinaceli de Medina-Sidonia.Jesús de los Llanos de Medina-Sidonia.
Ntro. Padre Jesús del Ecce-Homo de los Realejos (Tenerife).Restauración de la Virgen del Amparo de la Cofradía de la Borriquita.Restaura el Cristo de la Buena Muerte de Zahara de los Atunes.Restauración del Niño Jesús de la Cofradía de la Vera-Cruz.  Restaura el Señor de la Resurrección realizándole diversas mejoras.Restauración del Nazareno de la Parroquia de la Palma.
· 1998: San Juan para el altar de cultos de la Cofradía de la Oración en el Huerto.María Stma. Reina de todos los Santos para la Hermandad de la Sagrada Cena, aún no bendecida.Dos esclavos (un adulto y un niño) y la Loba Capitolina para la Sentencia de Almería.San Juan para la Hermandad de la Amargura de El Parador (Almería).Virgen de los Dolores para Buenavista del Norte (Tenerife).Jesús Preso para la localidad tinerfeña de Los Realejos.Dolorosa y San Juan para Santiago del Teide (Tenerife).Resucitado de la localidad gaditana de Barbate.Virgen del Carmen para La Gomera.Realiza nuevos cuerpos para los Santos Varones del Descendimiento.Restauración de María Auxiliadora.Restaura las tallas de Jesús Nazareno y Virgen de los Dolores de Zahara de los Atunes.
· 1999:San Juan para el misterio de la Borriquita.Santa Mujer Verónica para el misterio de la Sanidad.
Señor del Prendimiento para Tabernas (Almería).Virgen de la Encarnación para Cabra (Córdoba).
Restauración de la Virgen de los Dolores de San Martín del Tesorillo.Restaura la Virgen de los Dolores de Los Barrios.Restauración de la Virgen de los Dolores de Valdepeña (Jaén).Restaura la talla de San José de San José de Torredonjimeno.Restauración de San Servando y San Germán de la Parroquia de San José.
Restaura el Señor de la Columna de Algeciras.Restauración del Crucificado de San Martín del Tesorillo.
· 2000:Mujer hebrea sosteniendo a un niño para el misterio de la Borriquita.Verónica y María Magdalena para Buenavista (Tenerife).Virgen de la Luz y Esperanza para La Línea de la Concepción, bendecida el 2 de diciembre de 2001.Restauración del Resucitado de Jerez.
· 2001:Tres mujeres hebreas para el paso de misterio de la Sanidad.Virgen de la Paz para Puerto de la Cruz (Canarias).San Juan para la Hermandad del Cristo del Mar de La Línea de la Concepción.Talla de San Judas Tadeo para la Capilla de Ntra. Sra. de Europa de Algeciras.Sagrado Corazón de Jesús para Buenavista del Norte (Tenerife).Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Los Barrios.Restauración de la talla de María Milagrosa de la Parroquia de San Antonio.Restauración de la antigua Virgen de los Dolores, obra de Láinez, de la Vera-Cruz.
Restauración de la Virgen de los Dolores de Tenerife, que realizara Manuel Carmona.
· 2002:Finaliza el misterio de la Borriquita con las tallas de Santiago y San Pedro.Cristo de la Expiración de la Parroquia de San Lorenzo Mártir, bendecido el 19 de marzo.Judas Iscariote y Centurión para la Hdad. del Prendimiento de Tabernas (Almería).Virgen del Rosario para Cartagena.Virgen de los Dolores para Vicas (Almería)Restauración de la Magdalena y San Juan de Vera-Cruz, que se conservan en la Casa de Hermandad de la Cofradía.Restaura el Crucificado de la Parroquia de San José.Restauración de San Sebastián de Vejer de la Frontera.Restaura la Virgen de los Dolores de la Iglesia de San Juan de Dios de Medina.Restauración de la Virgen de Gracia de la Iglesia de San García de Algeciras.Restauración de la Virgen de los Dolores de la Hermandad del Nazareno de Vejer.Restaura la talla de Jesús de Medinaceli de la Parroquia de San José.
· 2003:Virgen de los Dolores para la localidad almeriense de Rioja.Nuestro Padre Jesús del Gran Poder para Mallorca.San Juan para Buenavista (Tenerife)Imágenes de la San Antón, San Joaquín y Santa Ana para la Parroquia de San José.Restauración de San Pedro en Cátedra de la Parroquia de Santa Cruz.Restaura la imagen de María Auxiliadora de las Salesianas.Restauración de San Roque de la Iglesia de San José.
Restauración de la Inmaculada de la Parroquia de San José.Restaura la imagen del Sagrado Corazón de Jesús de la Iglesia de San José.Restauración de María Milagrosa de la Iglesia de San José.Restaura la Virgen de Gracia de Algeciras.Restauración de San Miguel de Vejer de la Frontera (Cádiz)
· 2004: María Santísima de la Unidad para Almería.
Misterio del Sermón de la montaña para Cartagena, compuesto por el Señor, San Pedro, San Juan y una mujer.Sayón para la Asociación de la Redención de Jerez de la Frontera.San Juan de Dios para Ceuta.
Virgen del Pilar para la Parroquia de San José.Virgen Niña de San José.Niños esclavos que acompañan a la Virgen de la Merced.Restauración de San José y Stma. Trinidad para la Parroquia de San José.Restaura la imagen de Jesús Nazareno de Los Barrios (Cádiz). Restauración de una imagen de Jesús Nazareno de Algeciras (Cádiz).



DATOS SACADOS DE DIFERENTES PAGINAS COFRADES

martes, 1 de marzo de 2011

HISTORIA DE LA SAETA




HISTORIA DE LA SAETA

La muerte y resurrección de Cristo se recuerda cada año durante la Semana Santa. Pueblos y ciudades organizan procesiones, ciclos de música sacra, concursos y recitales de saetas y coplas, en una celebración casi exclusivamente religiosa. Son días durante los que los sentimientos más religiosos y devotos del flamenco encuentran su máxima expresión dramática. La Semana Santa tiene un fuerte arraigo en España. Durante casi una semana se recuerda la Pasión de Cristo, sobre todo su muerte y resurrección. Desde siempre, la participación popular ha sido fundamental. Y no hay pueblo ni ciudad, por pequeños que sean, que no organice sus procesiones o que no cante saetas o coplas a Jesús y La Virgen. La fecha es variable. Cada año, aproximadamente cuarenta días después del Miércoles de Ceniza (que marca el final del Carnaval y el principio de la Cuaresma), llegan los días grandes de la Semana Santa: Jueves, Viernes y Sábado Santos y Domingo de Resurrección. Es precisamente en estos días cuando las procesiones recorren las calles y plazas de ciudades y pueblos. Los protagonistas son los pasos. Se llama así a las imágenes, cuadros o tallas (esculturas) de La Virgen, de Jesucristo o de algún otro protagonista de La Pasión, que descansan en una especie de altar móvil adornado con flores y velas. Normalmente, estos pasos son verdaderas obras de arte y datan de siglos anteriores. La saeta está muy unida a la Semana Santa, sobre todo en Andalucía. Convertida en la actualidad en un palo flamenco, suele interpretarse al paso de la marcha religiosa o bien cuando esta se detiene en algunos puntos del recorrido. Es una composición de cuatro o cinco versos octosílabos y contenido religioso dedicado a la Virgen y a Jesús. Normalmente se interpreta por seguiriyas o por martinetes, pero también por cañas, polos y soleares. Por su solemnidad se interpreta sin acompañamiento -a palo seco- o al ritmo de los tambores y cornetas típicos de la Semana Santa. La Saeta pertenece a una rama de cantes que expresan un sentir del pueblo en un momento concreto del año y, ante una circunstancia puntual de un hecho singular de los cristianos católicos que se rememora año tras año, La Semana Santa. Pero también hay que decir que se da en la calle, ante los Pasos que se procesionan por las diferentes Cofradías. El hombre por naturaleza, ha cantado a diferentes situaciones de la vida, a su trabajo, al amor, a la muerte, al campo, a la mina, a la fragua, a la cárcel, etc. Y también en lo religioso tiene su participación y su expresión a través de Romances Litúrgicos que llegan al pueblo en los Pregones Litúrgicos. En estos pregones se narra los momentos más significativos de la vida de Jesucristo, desde el nacimiento, pasando por sus hechos, milagros y enseñanzas, hasta llegar a la Pasión, Muerte y Resurrección.
Si hay una bella y estremecedora sensación en nuestra Semana Santa es oír, esa voz quebrada, que desde la soledad y el anonimato, brota de las alturas para orar a las barrocas imágenes cantando “jondo”. La Saeta, ha sabido encontrar en el flamenco un modo de canalizar su plegaria. Pero ¿Qué es la saeta? Según la Real Academia Española de la Lengua (RAE): a) Copla breve y sentenciosa que para excitar la devoción o a la penitencia se canta en las iglesias o en las calles durante ciertas solemnidades religiosas. b) Jaculatoria o copla que una persona canta en las procesiones. Según Wikipedia: La Saeta es un canto religioso, realizado en las Procesiones de Semana Santa y que tiene su origen en el folclore andaluz , generalmente improvisado y sin acompañamiento o sólo por el ritmo de los tambores de los que se acompañan el andar de los “costaleros” ó “cargadores” que portan sobre sus hombros las imégenes religiosas de Jesús y María,. Se trata de una melodía de ejecución libre, llena de lirismo y de influencia árabe. El texto está compuesto por varios versos octosílabos y tiene siempre un significado religioso que alude a los hechos y personajes de la Pasión. Se canta en honor de las imágenes de los pasos que desfilan por las calles durante la Semana Santa.
La saeta se remonta a un momento incierto en la historia, como un cántico popular cuya intención era incitar a la devoción y a la penitencia, con ocasión de un Vía Crucis, o como cántico de pasión. Estas saetas sentenciosas o avisos morales fueron cantadas en el Siglo XVIII, por hermanos de la Ronda del Pecado Mortal, que recorrían las calles para incitar a los fieles a la piedad y al arrepentimiento. El nacimiento de la “saeta popular”, y la costumbre de cantarla data del Siglo XIX. Esta saeta primitiva, ya casi desaparecida, conmovía por su entonación grave, pausada y monótona, sencilla de estilo y de ejecución. Nacieron como fruto de las modificaciones que, sobre las saetas antiguas, realizaron intérpretes de cada localidad andaluza, todavía no son cantes flamencos. Las saetas tenían identidad de su lugar de origen, esto dio lugar a cantos propios y autóctonos cómo la saeta vieja cordobesa, la cuartelera de Puente Genil, las saetas marcheneras, la samaritana de Castro del Río, o las Saetas de Cádiz, destacando en éste último caso las saetas carceleras que desde la carcel antigua, cantaban los presos al paso de Jesús Nazareno, en la madrugá del Jueves Santo o las de Antonio Enrique Jiménez Fernández, Cádiz 1848-1906., conocido como Enrique “El Mellizo”. A finales del Siglo XIX, fue el pueblo llano, el que convirtió ese canto de fe, dándole forma, aflamencándola y adaptándola a sus estilos. Así, surgió una copla, de cuatro o cinco versos octosílabos, cantada por martinetes, carceleras o seguiriyas, palos flamencos, que por su carácter “jondo” casaron muy bien con el tono de respeto y luto de la Pasión de Cristo. Fue a partir de este momento, cuando se empezaron a interpretar al paso de las Procesiones de Semana Santa, dirigidas sin acompañamiento a las “imágenes”. El tema de estas coplas, es obviamente, la Pasión y Muerte de Jesucristo. Un ejemplo lo tenemos en: “Dónde vas Paloma Blanca, Con tu vuelo tan sereno, Voy a quitarle los clavos, A Jesús el Nazareno. Hay hechos que hacen pensar, que la aparición de la saeta cómo cante flamenco pudo provenir de bastantes años antes que su divulgación en los años veinte. Aunque no se conoce a ciencia cierta, la referencia de su creador, algunos teóricos y estudiosos citan a Enrique el Mellizo junto a otros miembros de su familia. Intérpretes reconocidos de la primera época de la Saeta son Don Antonio Chacón y Manuel Torre, ambos aprendieron los cantes de Enrique “el Mellizo” en Cádiz. Don Antonio Chacón, es descubierto, por Enrique “el Mellizo”, que le invita a venir a Cádiz a la Velada de los Ángeles. Manuel Torre, realiza el Servicio Militar en los Cuarteles de San Roque, estableciendo lazos de amistad con Enrique “el Mellizo” y con Curro Dulce. A Manuel Torre se le atribuye el “mecido de los pasos”, ya que una vez cantando una saeta a un paso de Sevilla, los cargadores en vez de seguir andando, cómo querían escuchar su arte, se pusieron a mover el paso. También se cuenta, que Don Antonio Miura el ganadero, solo había llorado dos veces en su vida, cuando Joselito el Gallo tocó el cuerno de uno de sus toros y escuchando una saeta de Manuel Torre a la Macarena en el balcón de su casa. El primero en grabar una saeta en la calle fue Manuel Centeno, siendo la Serrana la primera en grabar un disco. Destacan fundamentalmente Medina el Viejo, Pastora Pavón “la Niña de los Peines”, Manuel Vallejo y el Niño Gloria de Jerez de la Frontera. El Niño Gloria, es el primero en cantar también los villancicos flamencos y está considerado como uno de los mejores intérpretes de saetas en sus primeros tiempos. Musicalmente, la saeta se ha bifurcado. Subsiste la saeta antigua, aunque recargada con adornos y melismas y por otro lado, los profesionales del cante flamenco han inventado una nueva forma de saeta, procedente de la seguiriya que ha amoldado las formas al sentido religioso de las palabras. Toda Andalucía mantiene viva la saeta, son numerosos los concursos de exaltación de la saeta que se convocan cada año, por las peñas flamencas de toda nuestra geografía.
CENTROS SAETEROS.
    A sesenta Km. de la capital hispalense y situada en plena campiña sevillana, destaca de sobremanera la  Villa  de  Marchena, como uno de los dos centros saeteros de las Viejas y Antiguas Saetas. Todos los estudiosos, investigadores y expertos en el tema,  coinciden  en que es el pueblo de Marchena el Centro Saetero más importante de España. Sedan en esta tierra todos  los condicionamientos  y  factores  históricos:  religiosos,  sociales,  musicales, poéticos  y  culturales,  para  llegar incluso a llegarse seriamente que las saetas de Semana Santa pudieron nacer aquí. Se considera, igualmente, a este lugar como uno de los puntos Pioneros en el estudio de la génesis musical de la Saeta primitiva y fuente importante de  sus orígenes.  
    CÁDIZ,  uno  de  los  puntos  neurálgicos,  y  vértice  del  triángulo  del  nacimiento del  Flamenco, en un balcón de sus calles , se escuchaban en las   memorables  madrugadas de Los últimos Viernes Santos  del  Siglo XIX, las Saetas de ese gran cantaor gitano, que era Enrique “El Mellizo”. Esas magistrales saetas cantadas por ese genio, hacían que retuvieran interminablemente  el  tiempo  el  paso  del  Nazareno,  respondiendo  otros  saeteros anónimos, en el, gentío de la madrugada del Viernes  Santo, escuchándose las saetas por  Siguiriyas,  que  según  estudiosos  y  flamencólogos,  atribuyen   su  creación   a  Enrique  “El Mellizo”. 
    Dentro de la provincia de Cádiz y ubicado en el centro del triángulo del nacimiento del Cante Flamenco, está JEREZ de la FRONTERA, tierra de Cante Jondo y de compás, y así mismo de una gran tradición saetera, haciendo que grandes saeteros como Manuel Torre, Sernita,  Sordera,  Caracol,  El Gloria  y  Terremoto entre otros, le han cantado en Jerez a los  pasos  de procesión y sobre todo al paso del Prendimiento, “El Prendi”, como todos los gitanos lo llaman, el más venerado y cantado del Barrio de Santiago, terminando con una fiesta por bulerias en el encierro de dicha Imagen.
    De los saeteros más insignes de Jerez fue Manuel Torre, cantaor de una voz portentosa Y espeluznante, haciendo estremecer al que le escuchaba. 
    Luis Melgar Reina y Ángel Marín Rátula dicen: El cante por Saeta de Manuel Torre, sobrepasa la línea de su personalidad y se evaporiza dentro de la mítica flamenca. Estas son puras creaciones, consecuencia de su intenso y vigoroso fluir flamenco, más que como  preconcebida idea. A partir de él la saeta se transforma y se reviste de un eco profundísimo, lleno de matices y peculiaridades. Manuel Torre marca un hito, y si históricamente no  podemos hablar de que fue él quien invento la primera saeta, sí podemos afirmar que el mundo  saetero  está  dividido  en  dos  grandes  mitades :   antes  y después del “Coloso Jerezano”. 
    Terminado  con  esta  tierra  cantaora,  no  podemos  olvidar  en  este  sentido, a Rafael Ramos Antúnez “El Gloria”, con su estilo tan personal por Saetas. En torno a la creación saetera del Gloria, el poeta sevillano Joaquín Romero Morube dice, recuerdo ya de mayor aquella saeta  sideral del Niño Gloria. Rebosaba su vasta humanidad por encima del herraje de los balcones. Se congestionaba en el esfuerzo titánico para llegar a la altura de su sentimiento. Había tal entrega y sollozo, que advertía claro como cada copla le rompía las cuerdas del grito. Lograba ese tono de cristales arañados, que es el duende supremo de los  auténticos  cantaores,  haciéndose  la  multitud  un  mar  de  silencio,  un  silencio   tan absoluto, oyéndose el rumor de otras calles y otros barrios ajenos al cante que allí se hacía.
    Así como Marchena es centro saetero dentro  de  la  provincia  de  SEVILLA,  la misma  Capital ha contado  con grandísimos saeteros y saeteras, una de ellas  es Rocío Vega Farfa, “Niña de la Alfalfa”, cantaora destacando  por  saetera,  por  el  que  compitió con los más sobresalientes interpretes al paso de las procesiones sevillanas, y otras ciudades andaluzas, la mayoría alternando con Manuel Centeno. En 1.916 cantó en  la  feria de Sevilla para el Rey Alfonso XIII, quién la nombró “Reina  de  las  Saetas”  en  el Circulo de Labradores,  desde  aquella  fecha  hasta  sus  últimos  días,  su  presencia  en  los  balcones    sevillanos durante la Semana de Pasión fue constante. 
    Uno de  los mayores  saeteros sevillanos  fue  Manuel Centeno, en 1.922 alterna con  “El Niño Medina”,   convirtiéndose  en  el  saetero más  cotizado de Sevilla, para cantar en los  balcones  durante los desfiles procesionales de la Semana  Santa Sevillana. 
    En relación con los saeteros actuales en Sevilla y provincia, podemos destacar a Manuel Mirena,  Antonio  Mairena  (fallecido),  Hitoli  el de los  Palacios,  José  el  de  la  Tomasa, Macarena Giraldez, Macarena de Marchena, Mercedes Cubero entre otros. 
    MÁLAGA,  es otra  provincia  andaluza  con   que  cuenta con una gran tradición en el   cante por  Saetas, destacando su  estilo como “Saeta  Malagueña”, así como sus cantaores,  entre  ellos  a  Antonio  Jiménez  González,  “ Antonio de  Canillas ”.  Como   concursante obtiene la Saeta de Oro de Sevilla, estilo por el que  también ha sido premiado en Málaga, Luena, Cabra,  Aguilar  de  la Frontera  y  otras  ciudades  andaluzas,   actuando  con   / /  saeteros   como Niño Bonela y Noño de la Naranja entre otros.   
     “ES LO QUE HACE EL SAETERO, GANARSE A DIOS CON SU CANTE”.  
    Todo lo estima y lo valora el andaluz y en cada paso, en cada cofradía hay un relato que la enaltece y la envuelve en una vaporosa nube de vela y encubre los perfiles contundentes del realismo. Es menester imaginar,  abandonar el  suelo  separarse  del  cotidiano devenir para llegar al hálito de las cosas y al poder de los santos. Cuando esto sucede la gente entra en el cuento, se desconecta de la objetividad y es fácil  la risa y es pronta la alegría. Y es la  fe y el fervor  los que facilitan este estado de ánimo que precisa el cante, la saeta, y hasta el baile.  San  Agustín  afirma  que si se canta se reza dos veces, pero, los gitanos, que además bailan, aseguran que tres si se trezan una mudanzas; 
 Es lo que hace el saetero, ganarse el amor de Dios: 
CON EL PODER DE MI CANTE
ME GANO EL AMOR DE DIOS
EL CARIÑO DE MI GENTE
Y MI PROPIA SALVACIÓN.
 
    Hasta implora con el cante:
 
SEÑOR DE TANTO PODER
CON EL QUE ESTOY SIEMPRE HABLANDO
HOY TE LO PIDO OTRA VEZ
Y TE LO PIDO CANTANDO.
   
    Pero además de las saetas, el pueblo andaluz ha exportado la escultura procesional , y algo que cada vez merece más la  atención: el  cartel. El Cartel es tan andaluz, que toma cuerpo en  los  toros,  en  la  fiesta  nacional, y alma en la Semana Santa de por aquí. Un buen cartel  no es un cuadro, que puede ser magnífica pintura y mal cartel, sino una manera hábil, simple e ingeniosa de representar una Imagen.  


CONCURSOS DE SAETAS
     Al igual que los Concursos de Cante Flamenco se proliferan  por   toda  Andalucía,  los  Concursos  de  Saetas  tienen  la  misma   relevancia, siendo las  Peñas Flamencas las que con  subvenciones a nivel de Instituciones  y  empresas  privadas,  le dan a los aficionados a  este género del flamenco, la ocasión y el poder estudiar y participar  en estos eventos. 
    Las ciudades donde se suelen hacer los Concursos de Saetas, son entre otras:     
    Provincia  de Córdoba :   CÓRDOBA  (Capital),  Baena,  Lucena,  Castro   del  Rio  y Montoro.
    Provincia de Sevilla:  Osuna, Mairena y Marchena.
    Provincia de Cádiz:  La Isla de San Fernando y Jerez de la Frontera
    Provincia de Málaga: Málaga Capital (La Trinitaria), El Palo, Rincón de la Victoria, Arriyo la Miel y Ronda ( Concurso organizado por la Asociación Ecce.  Homo y la Peña Flamenca Tobalo de Ronda, ya en su XV edición).
Pincha aqui:   DIANA NAVARRO

Pincha aqui:   CAMARON


FOTOS ANTIGUAS

Santísimo Cristo de las Tres Caídas (Sevilla)
La imagen del Santo Cristo está atribuida a Marcos Cabrera, del primer tercio del siglo XVII, y está realizada en madera policromada. La talla mide 1,14 m de altura. La imagen cristológica ha sido sometida a diversas restauraciones; la primera de ella está fechada en 1894 y fue llevada a cabo por Manuel Gutiérrez Reyes y Cano, quien le sustituyó la primitiva cabellera de pelo natural por otra de pasta de madera. En el año 1929 fue restaurado por el escultor Castillo Lastrucci y en los años 1983 y 1989, por el escultor sevillano Luis Álvarez Duarte, que realizó el actual cuerpo de la imagen nazarena.



Nuestro Padre Jesús del Gran Poder (Sevilla)


Es muy difícil intentar condensar en unas líneas el sentido, los sentimientos y la naturaleza de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Además de sus indudables valores artísticos e históricos, sus valores devocionales lo han convertido en una imagen universal, sin la que es difícil entender el barrio de San Lorenzo, cuyo eje es la Parroquia primero y la Basílica después y cuyo ritmo se acelera cada viernes, cada cuaresma, cada Semana Santa. Una devoción sin la que es difícil conocer a la propia ciudad que a lo largo de los últimos siglos lo ha mantenido como referente de su vida espiritual, convirtiendo su rostro en el que muchos piensan cuando lo hacen en Dios mismo. Una devoción sin la cual sería difícil comprender la Semana Santa que conocemos. 
La imagen, largamente creída obra de Juan Martínez Montañés en función a la temprana muerte de Juan de Mesa y la falta de documentación de la época que hiciera referencia a su genio por encima del de su maestro, es una talla única, realizada en madera de cedro con la peana en pino de segura, de una medida cercana a los dos metros, distorsionada por el efecto de su posición, sacrificio auténtico de la escultura en virtud de la cual se exalta su dinamismo y realismo. Está completamente tallada, con los brazos articulados para disponerlos entorno a la cruz o maniatarlos para traslados y su anual besamanos.
Está policromada, con deficiencias en la conservación de su integridad, lo que a lo largo de los años ha aumentado la referencia a su aspecto doliente, acrecentando con el tiempo como un ser humano, su sufrimiento en la tierra.
En 1920, Adolfo Rodríguez saca a la luz la posibilidad más que científica de que la hechura del Señor, como las de las esculturas del Cristo de la Conversión y el de la Misericordia del Convento de Santa Isabel sean obras de Juan de Mesa y Velasco.
En 1930, Heliodoro Sancho Corbacho encuentra el documento de la carta de pago de la obra, conjunta a la ejecución del San Juan, por los que Juan de Mesa recibe 2000 reales de a treinta y cuatro maravedíes cada uno en una relación cerrada en octubre de 1620. En el documento se cita la regencia de la hermandad por el entonces mayordomo Pedro Salcedo, constando en el mismo Alonso de Castro como pagador y Alcalde de la Cofradía y pudiendo estar vinculado como policromador, al menos de San Juan, el hermano de la corporación Francisco Fernández de Llexa. Desde entonces se debe reescribir la Historia del Arte y de la Semana Santa en Sevilla y Andalucía, encumbrándose la figura del escultor cordobés, autor sin duda tocado por una magnitud creativa y humana desbordante a juzgar por las obras magistrales de la imaginería que ejecuta entre 1618 y 1621: Cristo del Amor, Cristo de la Conversión, Gran Poder, Cristo de la Buena Muerte, Cristo de la Misericordia y Nazareno de La Rambla entre otras. 
El Señor es una imagen eminentemente de su tiempo, una escultura moderna en toda la extensión del término, pues es desde su creación referente de los principios marcados por el Concilio de Trento y en la vía a seguir por el arte, cuyo ejemplo y relevancia es fundamental para la conmoción, aprendizaje y  sentimientos del pueblo y lo es contemporánea a la vez, en cuanto sus fundamentos como imagen han crecido hasta su dimensión actual. En ese sentido, como en el estilístico, el Gran Poder marca un punto de inflexión en la escultura que hasta entonces ilustra las creaciones del cambio del s. XVI al XVII, cuyo referente guarda clasicismo y humanismo heredado del aprendizaje renacentista; cuyas obras son referentes mundiales de la creación en madera, —Montañés en Pasión y en el Cristo de la Clemencia o en el mismo 1620 Mesa en el Crucificado de la Buena Muerte—, tornando hacia un arte más temperamental, en el que la fuerza arrasa hacia un realismo que es cercano al pueblo, que exalta sus sentimientos.  
Las imágenes, como la de Jesús del Gran Poder, llegan a ser dinámicas, reales y cercanas tanto en los retablos en los que se veneran cada día como en las calles, sobre los pasos y andas procesionales, pero guardando la misma genialidad que las hace obras de una dimensión insuperada. 
Culminada la belleza formal del Manierismo, la escultura exenta barroca sevillana alcanza en la efigie de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder una expresividad única, especialmente marcada en su rostro y en sus ojos, que son plenitud de amor, de esperanza y de firmeza ante los designios de la vida; marcada por la emotividad y el dramatismo, que se plasma aquí en la zancada poderosa que lo aturde camino de la muerte haciendo presagiar un desenlace dramático, pero tomada con la resignación con la que amorosamente envuelve con sus manos el madero que será de su sacrificio sabiendo que la gloria es tras la muerte; marcada por el realismo patético que se nutre de la plástica de los estudios del natural como lo muestran las heridas de su rostro, la corona de la serpiente del pecado que Él derrota que se enrosca imbricada en su cabeza, las espinas que traspasan la ceja y con ella su mirada de amor y que le hieren en la frente y la oreja, llevando al espectador y devoto hacia un espíritu penitencial en el que Cristo entra en diálogo cercano con el hombre, le muestra resignadamente su destino y lo acoge inundando de ternura y de firmeza al que lo presencia.
Y todo ello lo logra Juan de Mesa dotando a la imagen de una anatomía perfectamente pensada, en la que el cuerpo descompensado, largamente abierto el compás de su zancada, se inclina arqueando su espalda en un dinamismo exacto que evita la caída mostrando a Cristo asiéndose a la Cruz, ensimismado en su dolor, retraído pensando que ya todo está escrito, que su penar va camino del final. Ha pasado la noche de la detención, del juicio y del escarnio y el Señor está a punto de llegar al Calvario para ser crucificado, va a encontrarse con María, su madre, es el momento más desgarrador del sufrimiento en vida de los mortales y aún así, en su andar y en su rostro, severo y bondadoso a la vez, este Nazareno transmite la mayor de las esperanzas.


Padre Jesús del Mayor Dolor (Cádiz)
 
  El misterio representa a Jesús con la Cruz a cuestas en el encuentro con las mujeres hebreas camino del Calvario, tras haber sido enjugado su divino rostro por el paño de la Verónica. Se realizaron las tallas del Nazareno, María Santísima y la Verónica por el escultor isleño José Bey, pero no fueron del agrado de la Cofradía y no se bendicen, a excepción de la Verónica. La talla del Señor del Mayor Dolor es obra del imaginero gaditano Miguel José Láinez Capote en 1950; fue restaurado por Pedro Macías Sánchez y Mario César de las Cuevas en 1991.







Nuestro Padre Jesús Caído (Cádiz)

 La talla del Señor Caído es del escultor gaditano Miguel Láinez Capote, que la realizó sobre una viga de caoba de la Iglesia del Carmen en 1941. Ha sido restaurada por Antonio Eslava (1960), José Paz Vélez (1968) y Arquillo Torres (2006). 

















 
Santísima Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos (Cádiz)
El 15 de Octubre de 1.939, es bendecida la Imagen de la Santísima Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos, obra también del imaginero D. Miguel Lainez Capote,